Paseos Saludables

Distancia: 2 km

Desnivel: 141 m

Recorrido: Lineal

Distancia: 4,7 km

Desnivel: 140 m

Recorrido: Circular

Distancia: 7 km

Desnivel: 58 m

Recorrido: Circular

Distancia: 4 km

Desnivel: 28 m

Recorrido: Circular

Distancia: 1,3 km

Desnivel: 42 m

Recorrido: Lineal

Distancia: 3,5 km

Desnivel: 15 m

Recorrido: Circular

Camino a Covalanas

Durante todo el paseo recorreremos y tendremos vistas a esplendidas masas de encinar cantábrico. Siendo su distribución habitual el clima mediterráneo, estos encinares tienen carácter relicto apareciendo en climas oceánicos, como el nuestro, lejos de su ambiente original.


Los encinares montanos tienden a ocupar áreas con un microclima apropiado, vertientes pronunciadas con suelos rocosos, normalmente calizos, y bien drenados, en donde no se puede acumular una gran cantidad de agua ya que se filtra hacia las profundidades de la tierra, haciendo que la humedad sea mínima. Habitualmente aparecen en las solanas de las montañas y en zonas donde los vientos tienen un efecto desecante.

En estos bosques, las encinas o carrascas forman un estrato arbóreo denso y oscuro, aunque tiene poca altura. Acompañando a la encina aparecen árboles como laureles, aladiernos, madroños, acebos y labiérnagos. El estrato arbustivo también es denso, formado por aligustre, cornejo, espino albar, rusco, endrino o cornicabra y aparecen asociadas multitud de plantas trepadoras como zarzaparrilla, hiedra, liana o nueza negra que hacen bastante complicado el transito fuera de sendas o caminos. Además, aparecen varias especies de helechos, sin embargo, el desarrollo del componente herbáceo es escaso bajo tan espesos estratos leñosos.

La fauna asociada a los encinares cantábricos es muy abundante y variada. Podremos observar pequeñas aves como petirrojos, jilgueros, currucas, carboneros y herrerillos; córvidos como corneja, chova, urraca y arrendajo; y será fácil que sobrevuele sobre nosotros alguna rapaz rupícola de las que viven asociadas a las paredes verticales de roca caliza como buitre, halcón, búho, milano o cernícalo. Será fácil encontrar algunos reptiles, como lagartijas y lagartos verdes, tomando el sol durante la primavera y el verano.

Entre los mamíferos que habitan el encinar están el erizo, la garduña, la gineta, el zorro, el tejón, la ardilla, el corzo y el jabalí. Por sus hábitos, será difícil verlos a plena luz del día, pero si estamos atentos podremos ver las huellas y rastros (pelos, plumas, excrementos, etc) que generan en su actividad diaria.


Guardamino

Esta parte del ayuntamiento se está convirtiendo, poco a poco, en una zona más residencial, pero en origen, siempre ha sido una de las zonas más rurales del municipio.

En la actualidad, el sector de la ganadería está en retroceso, pero desde antaño ha sido uno de los principales sectores del mundo rural y por ello, se ha configurado un paisaje muy característico, formado en su mayoría por praderías y pequeñas huertas para consumo propio, que aún se conservan en algunas casas.

En todo el recorrido se pueden ver, tanto en las orillas de la carretera, como en los muros que delimitan las diferentes fincas, numerosas especies de herbáceas (diente de león, aro, falsa ortiga, trébol rojo, etc.), algunas plantas trepadoras, como la zarzaparrilla, y diversos arbustos como bonetero o cornejo.A lo largo del camino, en las numerosas fincas, también se pueden observar varios ejemplares de roble, fresno o castaño y además, a media distancia, en las laderas más cercanas se pueden ver diferentes manchas de encinar cantábrico, en la falda de las cumbres montañosas que rodean la comarca.

Debido a la actividad agroganadera que se desarrolla en este barrio veremos muchos animales domésticos como vacas, burros, perros o gallinas pero no son los únicos que habitan este entorno natural.

En muchas ocasiones será difícil verlos debido a sus hábitos y a que nuestra presencia puede hacer que se escondan, pero podremos observar sus huellas y/o rastros (pelos, plumas, excrementos, etc) que nos indican la presencia de numerosa fauna silvestre.

Es una zona muy corcera, sitio donde pastan habitualmente corzos y además, hay otros mamíferos como zorro, jabalí, garduña, erizo y varios roedores, entre otros.

Es muy fácil encontrar pequeñas aves forestales como petirrojos, bisbitas, colirrojos o herrerillos y algunos córvidos como cornejas, urracas o arrendajos.

Además es habitual ver sobrevolando el territorio alguna rapaz como busardo ratonero, buitre o milano.

Con tiempo cálido encontraremos algunas lagartijas tomando el sol y durante todo el año pueden verse diferentes invertebrados, que varían según los hábitos de cada especie. Podremos ver caracoles, mariposas, arañas, escarabajos, hormigas, moscas, lombrices, etc.


Vegacorredor

El principio del paseo lo haremos por la orilla del río Asón, disfrutando del bosque de ribera, con disposición en galería, formado por arboles como alisos, sauces, fresnos, plátanos, olmos, avellanos y algunos arbustos como cornejo, rosal silvestre, zarzaparrilla y espino albar.

Desde Vegacorredor, camino de Helguero, rodearemos un bosque mixto, en el que veremos robles, castaños, laureles, hayas, arces y pequeños arbustos que se abren paso en el sotobosque. En la zona recreativa hay un grupo de tilos, dignos de admirar, igual que los castaños centenarios que hay al final del barrio.

Terminado Vegacorredor, por toda la parte derecha del camino hasta Helguero y la vuelta hacia Ramales, veremos un espectacular encinar cantábrico a lo largo de toda la Sierra del Hornijo y del Pico San Vicente. Acompañando a las encinas veremos laureles, aladiernos, madroños, acebos y labiérnagos.

A lo largo del recorrido localizamos diferentes especies exóticas invasoras, tanto en la orilla del río como en los bordes de camino o en los muros que delimitan las fincas. Podemos encontrar numerosas especies vegetales como acanto, falsa acacia, tradescantia, crocosmia, caña común o don Diego de noche.

En muchas ocasiones, estas plantas llegan al medio natural a través de restos de poda depositados incontroladamente en las cunetas o en el río, por ello, se hace necesaria la concienciación vecinal para evitar estas actuaciones que perjudican y desplazan a nuestras especies autóctonas.

Debido a la gran diversidad de hábitats, observaremos diferentes tipos de fauna asociados a cada uno de ellos. Encontraremos algunas aves como ánade real, mirlo acuático, garza real y lavandera, también pequeños mamíferos y reptiles asociados al entorno fluvial, en el cual además aparecerán peces, como la trucha o el salmón.

Asociados a los bosques, tanto al encinar cantábrico como al bosque mixto, aparecerán algunas aves forestales (petirrojos, trepadores, urracas, pájaros carpinteros, arrendajos, cornejas o carboneros); mamíferos como corzo, jabalí, tejón, zorro, garduña, gineta, erizo, ardilla o pequeños ratones, son los habitantes más frecuentes, además de algunos reptiles como lagartijas o culebras. Por otro lado, existe una gran variedad de invertebrados como avispas, escarabajos, lombrices, caracoles, arañas, mariposas, etc.

En muchas ocasiones será difícil verlos de día, debido a sus hábitos y a que nuestra presencia puede hacer que se escondan, pero si estamos atentos podremos observar las huellas y rastros (pelos, plumas, excrementos, etc) que demuestran su presencia.


Cubillas

Como principal atractivo tenemos el bosque de ribera, con disposición en galería, formado mayoritariamente por árboles como alisos, sauces, fresnos, plátanos, olmos, avellanos y algunos arbustos (cornejo, rosal silvestre, zarzaparrilla y espino albar). Dependiendo de la estación del año el paisaje y sus colores cambian considerablemente. En otoño las hojas pasan por una variada gama de tonalidades (amarillos, ocres, marrones y rojizos) que en invierno caen dejando el bosque desnudo. Será a partir de la primavera, cuando se vea el verdor de las hojas y la gran variedad de flores que durante el verano se transformarán en bayas y frutos.

Además podemos observar un pequeño robledal con hermosos ejemplares y su sotobosque asociado (hiedras, zarzamoras, nueza negra) que junto al bosque de ribera, dan cobijo y alimento a numerosas especies de animales.

A lo largo de la ribera localizamos diferentes especies exóticas invasoras (bambú japonés, vara de San José, nometoques, etc.) que están suponiendo un serio problema para nuestras especies nativas, ya que compiten por el mismo hábitat. En muchas ocasiones son utilizadas en jardinería, por su vistosidad, y han llegado al medio natural a través de restos de poda depositados en vertederos incontrolados. Para el control de las poblaciones se recomienda sustituir por flora autóctona.

Si activamos nuestros sentidos, nos daremos cuenta que hay mucha fauna habitando este entorno. Dependiendo de las condiciones, tendremos la suerte de poder ver algunos animales, a otros solo los escucharemos y de otros divisaremos rastros (excrementos, pelos, plumas, etc.) y huellas que nos indicarán su presencia.

Asociadas al entorno fluvial hay aves como ánade real, mirlo acuático, martín pescador, lavandera y garza real, además veremos peces (trucha y salmón), varios reptiles (serpientes, lagartijas...) y pequeños mamíferos. En el bosque de robles observaremos aves forestales como arrendajos, carboneros, herrerillos, trepadores o pájaros carpinteros; algunos mamíferos (zorros, ginetas, ratones de campo, ardillas,...) y una gran variedad de invertebrados como caracoles, arañas, escarabajos, lombrices, moscas, avispas, mariposas, etc.


Coto Cuende

Un bonito paseo por la orilla del río Asón, que merece la pena realizar por lo mágico del lugar. Poco más de un kilómetro de sendero que discurre a lo largo del bosque de ribera, donde podremos disfrutar de espectaculares alisedas y saucedas, acompañadas de otros árboles (laurel, avellano, olmos, plátanos, fresnos, chopos) y numerosos arbustos (espino blanco, rosal silvestre, cornejo, tojo y brezo).

Entre las funciones ecológicas de estos bosques están: regular el ciclo hidrológico, frenar la erosión y mantener el equilibrio del ecosistema fluvial, la biodiversidad y la conectividad, ya que constituyen corredores ecológicos de primer orden que ofrecen refugio y protección a los animales.

Durante todo el recorrido se pueden observar diferentes especies de helechos (filipodio, doradilla, culantrillo menor, culantrillo mayor), destacando una pequeña población de helecho real. Además, están acompañados de numerosas herbáceas (hierba de San Roberto, hierba buena, hipérico, artemisa, etc.).

Durante todo el recorrido nos encontraremos varias especies exóticas invasoras (EEI). Al bajar las escaleras de entrada al sendero ya veremos gran cantidad de bambú japonés y falsa acacia. Además, encontraremos en todo el camino vara de San José y nometoques.

Aunque todas las EEI suponen un grave problema, ya que traen consigo una enorme pérdida de biodiversidad, es el bambú japonés, la especie que más estragos está generando en nuestro río Asón. Su rápida reproducción y colonización de nuevas zonas es a través de fragmentos de rizoma, tubérculos o propágulos del tallo (trozos de tan solo 10 mm de longitud puede producir una nueva planta en el plazo de 10 días).

En las riberas fluviales, los fragmentos de rizomas o tallos cortados viajan por el cauce y forman nuevas plantas aguas abajo, propagándose también por vertidos de residuos de jardinería y movimientos de tierra y maquinaria contaminados que contengan fragmentos.

Habitan distintas especies de fauna asociadas al entorno fluvial. No siempre podremos verlas pero si estamos atentos podremos escucharlos o ver sus rastros (excrementos, pelos, plumas, etc.) y huellas que nos indicarán su presencia.

Aquí viven aves como garza real, lavandera, ánade real o martín pescador. También algunos peces y varias especies de reptiles como culebra de agua, lagartos y lagartijas. Además, hay pequeños mamíferos, como ratones de campo o ardillas, y gran cantidad de invertebrados (libélulas, escarabajos, lombrices, caracoles, arañas, mariposas, avispas, etc).


Pondra Riancho

A ambos lados del río Carranza tenemos prados, tanto de siega como de diente, que junto con las huertas forman las mieses.

Son espacios agrarios cercanos a los pueblos destinados, en origen, a cultivo pero que con la orientación hacia la ganadería, esas tierras de labor, se fueron convirtiendo en prados. Entre sus características principales están la elevada fertilidad, reducida pendiente, topografía suave y altitud baja o moderada, que hacen que sean terrenos muy productivos. Además de las especies silvestres, mayormente herbáceas, encontramos las especies vegetales de cultivo como el maíz.

A lo largo del río veremos el bosque de ribera, con disposición en galería, formado, principalmente, por alisos y sauces; y a lo largo de la ladera de la Peña Gibaja, observaremos el característico encinar cantábrico que se desarrolla sobre la base caliza que conforma el terreno.

Desde el inicio del paseo, podemos observar algunas especies exóticas invasoras (EEI), aunque en poca cantidad, encontraremos algunos ejemplares de crocosmia, tradescantia, caña común o nomeolvides. Estas EEI son especies introducidas de forma natural, accidental o intencionada en un medio que no es el suyo y que, después de cierto tiempo, consiguen adaptarse a él y colonizarlo.

Estas especies son la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo y por eso es tan importante su detección temprana, así como, su control y erradicación, para minimizar los daños ocasionados por ellas, en el medio natural.

En cuanto a fauna, lo más abundante son los animales domésticos, vacas, caballos, perros, gatos, gallinas, etc. Pero aunque sea un paisaje humanizado, también habitan animales silvestres y, de hecho, son muy numerosos los corzos, visibles al amanecer o al atardecer, pastando en estas zonas. También hay otros mamíferos como jabalíes, zorros, tejones, jinetas, comadrejas o ratones.

Será fácil encontrar algún ave acuática (ánade, garza, etc.) o pequeñas aves paseriformes como petirrojos, jilgueros, pinzones o lavanderas y algunos córvidos como arrendajos, urracas o cornejas. A veces se ven, sobrevolando el territorio, algunas rapaces como milano, busardo ratonero, buitre, etc.

Son frecuentes, algunos reptiles como lagartos y lagartijas; y muchos insectos como mariposas, babosas, arañas, escarabajos, moscas, avispas, lombrices, etc.

Es cierto, que no siempre podremos verlos pero, en ocasiones, si podemos observar sus rastros, como excrementos, plumas, pelos o escamas, y huellas .


Para descargar el track de la ruta, escanea el código QR o haz clic en icono correspondiente o desde la barra de búsquedas de la App de Wikiloc.

CAMINO A COVALANAS

GUARDAMINO

VEGACORREDOR

CUBILLAS

COTO CUENDE

PONDRA RIANCHO





Este trabajo no habría sido posible sin la implicación de

Angélica Pico Lavín

(Bióloga, educadora ambiental y guía de la naturaleza)